miércoles, 31 de diciembre de 2008

Otra vuelta alrededor del Sol


No quería hacerlo, pero llevo varios días con los balances rondándome la mente… Serán cosas de las fechas, y según cierta amiga trasnochada, con la edad es una tendencia que va en aumento.
El 2008 no fue del todo malo, sobre todo si lo comparamos con el funesto 2007, año que deseo, jamás vuelva… Pero la última etapa del año me está costando lo mío… En lo académico no me puedo quejar mucho, y en lo personal… aún no lo he decidido. He conocido mucha gente nueva, otros se han quedado un poco atrás. Ha sido el año en que volví a Roma y a Londres, y en el que me juré volver e ir a muchos sitios mas. También fue el año en que creé este blog…La verdad es que tal vez, cuando comencé, no sabía cuanto me alegraría mas tarde de tenerlo. Ha sido una extensión de mi misma, un lugar donde he ido dejando trozos de mí, a veces de cuestiones mas profundas de las que a simple vista pueda parecer. Fue un punto de fuga, en el más barroco sentido de la expresión, para ir más allá, para volar fuera del corsé de la rutina y las costumbres.
Como todos los años, el calendario traía su uno de Julio, y cumplí años, uno más… Quiero creer que no soy más vieja, sino más sabia, y me gustaría pensar que hay piedras con las que no volveré a tropezar, aunque eso nada ni nadie te lo garantiza…
Ha sido el año en que volví a valorar la amistad, y lo importante que es para mí estar sola. Ha sido un tiempo más que he dedicado a intentar saber quien soy. Han sido doce meses para ilusionarse y desilusionarse, que lo segundo es muy frecuente en mí… Fue la Semana Santa que volví a vivir un Viernes Santo entero, fue la Feria a la que ir en zodiac, y que estrené mi primer mantón propio. Fueron días en Caños de Meca, que vienen a mi cuando el agobio o el frío me superan. Han sido 366 días que de mejor o peor forma se vivieron y ya pasaron…
No me hago muchos propósitos para el 2009, un cambio de look, porque ya me voy aburriendo de verme, intentar “ser mejor” en muchos sentidos, cuidarme mas las uñas… eso estaría bien. Espero que no sea un mal año, que la vida no me trate muy mal; que sea la Semana Santa de la mantilla, que siga riéndome con los míos, que las paredes me vean llorar menos, que el calendario sepa marcar tiempos; porque este año, desde hace mucho, será un año con calendario para mi. Un regalo desde la romana Piazza de la Republica, 12 gatos se pasean por la ciudad eterna ilustrando cada mes. Odio la cronología del tiempo, pero la gata Roma no podía dejar de tener algo así…
De todas formas, cuando den las doce campanadas, sólo cambiará un número, pero todo seguirá igual. Yo, que estoy aquí con las manos heladas, escribiendo en un teclado que no es el mío, estaré igual mañana, y pasado… O tal vez no… quien sabe; al fin y al cabo, sólo es dar otra vuelta alrededor del Sol.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Queridos Reyes Magos:




¿Qué tal estáis? Imagino que en pleno síndrome post-vacacional; y es que aunque sea un día al año, hay que trabajar. Yo ando saliendo de este resfriado que me tiene más cansada que enferma, y bueno, sobrellevando las fiestas. Este año no me he portado mal del todo, podría haber sido mucho mas mala, y no lo hice, espero lo tengáis en cuenta. No devolví el mal que me llegó, y de hecho cada día tengo menos negrura dentro; casi compadezco a quienes no me quieren bien, y quien sabe, lo mismo eso va camino de no ser mala, aunque yo lo llame higiene mental.
Sinceramente, no sé que pediros. Podría pedir salud para los míos, y “tranquilidad” en ciertos aspectos, pero la verdad es que eso son rachas…
Podría recordaros que mi cámara se bebió una botella de agua en un aeropuerto luterano y no le sentó bien, pero con estas cosas de la crisis no voy a hacerlo.
Podría ser mas idealista, y pedir paz en la Tierra y ningún niño con hambre, pero la verdad es que en un mundo en el que se destinan incalculables fondos para guerras o salvar bancos y no se afronta seriamente algún plan de paliar la pobreza en el tercer y cuarto mundo, pues no lo veo viable.

La verdad es que en estos días me acuerdo mucho de vosotros, al fin y al cabo el marketing siempre se os dio bien. Me vienen a la mente recuerdos de disfraces de princesa, y caramelos en los zapatos; la noria de Pin y Pon, el juego de té de porcelana, los primeros maquillajes, los globos, aquel juego de hacer perfumes o el Telesquech en casa de Juana… Todo parece muy lejos, tal vez porque me volví republicana y no soporto ya a las princesas, porque tomo el té en vasos árabes, resultó que el maquillaje se volvió necesario, ahora la casa de Juana está más lejos y yo casi no me reconozco en las fotos… y eso hace que mire a los niños que hacen cola en la Araña con una mezcla de pena y envidia… Tal vez necesito caminar con un globo de helio para comprender estos días… No lo puedo evitar, sabéis que no me lo propongo pero cada año se me hacen más difíciles estas fechas y se me hace más difícil escribiros.
Llegados a este punto me pregunto ¿qué se le pide a esta edad a los Reyes?

Lo que queráis traer, será bienvenido.

Republicanos saludos



Mercedes



P.S. Hace tiempo que no os dejo el anís y los polvorones, estamos en confianza, podéis serviros lo que queráis.

martes, 23 de diciembre de 2008

Felices…


Por ahí ya lo he dicho, y en el fondo me canso de repetirlo, pero estas fiestas no me gustan nada. Me agobia la música, la gente, y no me vale eso de que afloran buenos sentimientos en los corazones de todos; no me lo creo, y de ser cierto me parece fatal que por ser una determinada fecha todos seamos buenos.
A pesar de todo, queda incluso feo no participar de la borrachera generalizada de deseos y parabienes que la gente se regala, y en cierto modo, lo único que me gustaba y que para colmo se anda perdiendo, es el envío de felicitaciones navideñas. Os dejo esta, clásico velazquiano allá dónde los halla. Siempre me gustó este cuadro y al fin y al cabo hoy, mañana y todos los días del año os deseo Felices Fiestas, Felices Pascuas, próspero Año Nuevo, Feliz Navidad y en este abanico de tópicos incluso podrían meter lo que decía cierto amigo; Feliz Falsedad. Lo de que no os atragantéis con las uvas no os lo deseo porque me parece patético y sumando una rareza más a mi persona, no creo en esa tradición.
Y recordad, si en estos días me veis comprando regalos, brindando con los amigos, incluso cantando, es que una vez mas me he rendido, me he cansado de batallar y vuelvo a subirme al engranaje de las fiestas, pero no olvidéis que siguen sin gustarme.

domingo, 14 de diciembre de 2008

7 vidas tiene el blog


Hace ya un par de domingos que se publicó. Yo ni me enteré, andaba por tierras luteranas y fue gracias al General que puedo colgarlo aquí; si, con dos semanas de retraso, pero ya sabéis, el caos y esas cosas…



Aunque pinchando en la imagen se puede ampliar, os transcribo el texto para que sea más fácil:

7 vidas tiene el blog

La Gata Roma se pasea sin desvelar su identidad por miles de ventanas de Internet. Esta estudiante de Integración Social no busca en su blog “orden a las cosas pero si un sentido” dónde encontrar causa a la entropía de las relaciones humanas. Como un gato sin dueño, recibe visitas al tejado de mas de cincuenta amigos diarios, que se han dejado de convertir en blogueros para ser fieles seguidores.
“La gente vive en constante caos pero nadie lo asume. Se te cae una cosa, te falla un horario, una persona, y se te viene abajo el día, por eso pienso que no podemos controlarlo todo”. Su amigo la bautizó con este seudónimo una noche de Semana Santa. La gata verdadera ya no está con él pero la figura de ella recuerda sus arañazos y una compañía siempre presente.
En su tejado podemos encontrar entradas donde conocer algo más sobre las enfermedades con daño cerebral (al trabajar ella en una asociación). Una guía de los rincones más raros de Italia, país que apasiona a la gata. 25 razones para amar la lluvia o dibujos de su infancia dónde compañeras con semblante de Marisol le hicieron pasar momentos inolvidables. Sin perder el valor de la diferencia, cuenta historias de su ciudad dónde las velas tienen mucho que decir. Sus primeras gotas de cera en aquel papel de plata relatan un entramado de manías e ilusiones de esta chica de 23 años que lucha cada mañana con el caos urbano y el humo de los cigarrillos que enturbian la ciudad.



Publico esto con mucha vergüenza, que nadie creerá la persona tímida que hay dentro de mí, pero la hay. Pero me veía en la obligación de dar las gracias a la autora del texto, una de las personas que mejor me conoce, o quizás, de las que mejor concepto tiene de mí. También agradezco a Antonio Acedo la foto, y le agradezco aún más que desde entonces, de vez en cuando se pase por aquí.

martes, 9 de diciembre de 2008

Recuerdo




Me levanto temprano, moribundo.
Perezoso resucito, bienvenido al mundo.
Con noticias asesinas me tomo el desayuno.


Camino del trabajo, en el metro,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.

Y en el asiento de enfrente,
un rostro de repente,
claro ilumina el vagón.


Esos gestos traen recuerdos
de otros paisajes,otros tiempos,
en los que una suerte mejor me conoció.


No me atrevo a decir nada, no estoy seguro,
aunque esos ojos, sin duda, son los suyos,
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros.


Pero creo que eres tú y estás casi igual,
tan hermosa como entonces, quizás más.
Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad.


Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores,
del interrogante en tu mirada.
La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres,
jóvenes promesas, no, no teníamos nada.


Dejando en los portales los ecos de tus susurros,
buscando cualquier rincón sin luz.
"Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro",
y detrás de cada huida estabas tú, estabas tú.


En las noches vacías en que regreso
solo y malherido, todavía me arrepiento
de haberte arrojado tan lejos de mi cuerpo.


Y ahora que te encuentro, veo que aún arde
la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde
para nacer de nuevo, para amarte.

Debo decirte algo antes de que te bajes
de este sucio vagón y quede muerto,
mirarte a los ojos, y tal vez recordarte,
que antes de rendirnos fuimos eternos.


Me levanto decidido y me acerco a ti,
y algo en mi pecho se tensa, se rompe.
"¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí?"
Y una sonrisa tímida responde:

"Perdone, pero creo que se ha equivocado".
"Disculpe, señorita, me recuerda tanto
a una mujer que conocí hace ya algunos años".


Más viejo y más cansado vuelvo a mi asiento,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.

Ismael Serrano
La memoria de los peces

viernes, 5 de diciembre de 2008

5 de Diciembre




Hay quien pone sus conocimientos al servicio de una asociación, hay quien da consuelo a esa familia que lo necesita, hay quien acompañará al médico a ese señor, y quien ayudará a ese niño en rehabilitación. Otros emplearán miles de horas de su tiempo con un proyecto que mejorará la calidad de vida de los que viven cerca y lejos nuestra, mientras algunos contarán cuentos a niños en hospitales. Muchos pasarán sus tardes entre cajas, organizando la logística de todos los centros que necesitan materiales de todo tipo. Las tardes de otros se llenarán haciendo compañía a quien menos solo debería estar. Incluso algunos dedicarán su verano o algunos años de su vida como cooperantes, lejos de sus casas, de los suyos, y se dormirán cada noche sabiendo que merece la pena.Y mientras alguien asesora a todas esas mujeres que necesitan una salida, otros tantos ayudarán a familiares para que pasen a ser también cuidadores. No son pocos los que harán de su dedicación ocio, en talleres, en campamentos… Muchos intentarán comunicarse chapurreando el francés y el inglés, para ayudar a aquellos que vinieron a buscar un futuro mejor. Y luego están los que prestan ayuda sanitaria en las playas, los que recogen animales, los que conciencian y sensibilizan, los que recaudan medios (humanos y materiales), los que asisten en comedores y economatos, los que nos protegen, los que nos informan, los que atienden esos teléfonos, los que limpiaron y limpiarán las costas y bosques manchadas por la ignorancia del hombre, los que enseñarán a leer a quien no tuvo la oportunidad de aprenderlo en una infancia que se truncó, los que reparten café y comprensión a los que duermen entre cartones…


A todos estos, y a todos los que he podido olvidar, felicidades. Felicidades por todo ese tiempo, esas ganas, esas personas, esas lágrimas, esas risas y esa felicidad que muchos no logran entender, esa que supera una remuneración económica, felicidades compañeros, feliz Día Internacional del Voluntariado.

Nota: Felicidades también a Muffin, que hace 23 años le dio por venir al mundo tal día como hoy.
Foto: Manolo Navarro

martes, 2 de diciembre de 2008

London

Hay lugares a los que deseas volver; hay sitios que permanecen iguales y a la vez diferentes.


Hay sitios que te indican para dónde debes mirar, intentando guiarte en tu camino.


Te dan la oportunidad de pulsar, y pararlo todo, para seguir caminando, y al final andas mirando para el lado que no es, porque impera la fuerza de la costumbre.


Hay lugares emblemáticos para mirar la hora.


Hay iconos que te sirven para hacer una llamada… de cualquier tipo.



Hay momentos en que a pesar de ser una chica algo gris buscas el sol, y no lo encuentras.



Hay refugios para el alma y el arte…




Y pulmones verdes donde dejar volar un alma atosigada…


He caminado por otras aceras, mas anchas y mas grises. He dejado cerrado mi paraguas bajo otras lluvias, he contemplado la grandeza de Grecia arrancada del Mediterráneo, he visto mi reflejo en el espejo de Venus, y Egipto lejos del desierto. He visto pueblitos, y casitas y verdes prados dignos de postales desde un tren.
La lluvia ha caido al otro lado de las ventanillas de un taxi desde dónde yo escuchaba a Lennon imaginando un mundo utópico.
Casi se me olvida que odio la Navidad envuelta en el espíritu de Harrods, porque es imposible resistirse.
Y al final, como todo, se volvió a ir, hasta que yo nuevamente vuelva.


Nota: Pido perdón a todos los que esperaban alguna crónica, pero estoy cansada, y liada y casi sin ganas de contar que el taxi chocó, que me quejé en la National Gallery porque no tenían la guía del museo en Español al contrario que en todas las pinacotecas italianas, que esta vez en mi hotel no saltó la alarma de incendios y no me quedé en las calles del W2 en pijama, que Oxford Street sigue siendo interminable, que como en un chiste de Lepe hablé en inglés con otro español, que el café allí sigue siendo buenísimo, o darle vueltas al hecho de que sin que abra la boca los italianos saben que soy española, pero los ingleses creen que soy italiana… lo mismo en algún país piensan que soy inglesa para continuar la cadena, aunque sinceramente, no lo creo. Por esto, y por mas cosas que omito, pido perdón.

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