1 Los cascos del AVE te los dan para evitarte escuchar las conversaciones, en ocasiones muy absurdas, que otros pasajeros mantienen con unos idems o con sus teléfonos móviles en un volumen elevado.
2 De nuevo en la megafonía de algunos trenes se refieren a ti llamándote “viajero” y no “cliente”, lo cual, para una maniática lingüística como yo, es de agradecer.
3 Lo siento, odio desayunar en un bar madrileño, la poca variedad de tostadas y “las porras” frías. No soy nacionalista de la patria chica, pero en este caso concreto ¡sí, y mucho!
4 Me sigo estremeciendo con la línea uno, y la canción de Sabina “Caballo de cartón”, aunque la línea está en obras…
5 Si una napolitana es un bollo, un croisant es un bollo, un donut es un bollo ¿da igual comerse uno que otro?
6 Pasión sin puñales es un espectáculo altamente recomendable que nos enseña que un streptease puede ser estiloso o cómico.
7 La reforma y ampliación de El Prado me recuerda a muchos museos, pero no al Prado; a pesar de eso, tampoco me disgusta…
8 Hay formas de patriotismo que me gustan más que otras.
9 No sé porqué, siempre acabo comprando en tiendas que hay en mi ciudad, cuando estoy fuera de mi ciudad, y además ¡ropa de invierno!
10 Volver a Sevilla, notar esa bofetada de calor que hace que vuelva a fluír por tu cuerpo la sangre que se te había quedado paralizada con el aire acondicionado, es de las mejores sensaciones del mundo.