En dos ocasiones quise hablar de ello y de ellos. Le daba vueltas, tenía que contarlo todo sin contar nada, por respeto, por ética, por ley…. Quise contar lo viva que me hacen sentir, lo bueno que logran sacar de mí. Quería escribir sobre lo egoísta que a veces me siento cuando gracias a ellos, a sus historias me siento afortunada por nacer donde nací, incluso por vivir en este país del cual me quejo tantas y tantas veces. Quise plasmar aquí las mil atenciones, sonrisas y palabras con que me siento más que pagada, cuanto valoran lo poco que doy. Ya digo, en dos ocasiones tenía un borrador mental de una entrada sobre ellos que nunca vio la luz. Hoy, el borrador es bien diferente, y si llego a escribir a las diez de la mañana habría sido mucho peor.
En esas inútiles clases de Educación Plástica donde nunca me enseñaron a valorar o apreciar el arte, no me explicaron cuan trascendente podría ser en la vida la diferencia entre el blanco y el amarillo. Es una diferencia terrible, abismal, insalvable para el Estado. He comprobado lo peor de este trabajo y ojo, no me quejo de ello, al fin y al cabo es lo que me espera y me siento afortunada de que me dejaran participar como “profesional” en esto, pero hablando en plata, vaya trago… Me he sentado delante de ellos, he hablado y oído varios idiomas, varias formas de explicar lo inexplicable, palabras que inútilmente querían recomponer una esperanza que segundos antes había saltado por los aires con una deflagración que me partía el alma sin querer demostrarlo. He tragado mis lágrimas, he mimetizado la rabia que yo misma sentía por todo lo que era injusto. He tenido que ver sus caras ante un mundo que no contento de haberlos castigado con sus violentos balanceos, les daba una nueva sacudida. Se han revuelto en una silla delante de mí, mientras yo hervía por dentro. Para colmo, durante toda la mañana una puñetera mosca ha estado acrecentando la tensión y maldita sea que me habría encantado tirarle toda clase de cosas…
Se ha quedado en el ambiente la profundidad de sus voces, la misma con que sus antepasados contaban maravillosas historias y ahora ellos emplean en contar historias menos bellas, esa con que llaman a la oración en sus regiones y aquí ya ni les queda el consuelo de rezar, la misma con la que ellos aceptan con dignidad y resignación lo que parece no tener más vueltas de hoja. Se me han clavado esas miradas carentes de reproches, de maldad, porque no tienen esa bajeza ni en los peores momentos…
Al final del día me he quedado embobada, mirando absurdamente mi agenda de fieltro sobre la mesa, esa que Esther me regaló por mi Santo, esa que parecía ser la nota de color, la felicidad desentonante en un escenario que se me antojó más triste que nunca; como la flor del Guernica de una forma burda…
Luego, como otra despreocupada europea más, he tenido una tarde que podría considerarse agradable, con mi madre en el centro, con el nuevo disco de Sabina, con tantas cosas que cada vez valoro más… pero de vez en cuando me acordaba de ellos, mis ellos, a los que vi llegar, a los que no quiero ver partir pero tengo que ayudar a hacerlo, por si puede ocurrir de una forma algo menos violenta… No quiero pensar que esto siga así, pero es estúpido; va a seguir, porque la maldita crisis, porque la nueva ley, y el maldito Estado, y la priorización deficiente de los recursos se están alineando, y yo, la más insignificante rueda del engranaje no quiero seguir viéndolos partir, porque no son mi familia, ni mis amigos, pero me costó aprenderme sus nombres, algunos han compartido conmigo cosas que me asombraron, o simplemente me han aportado sin saberlo, y ahora el blanco que nunca fue amarillo se torna en negro…
Me acordé hoy de Eres_mi_cruz, que dice que llevaba una racha de entradas duras técnicamente, y hoy puede que sea el top; lo que pasa es que a veces la vida no te deja escapatoria, y acabas teniendo que llenar tu espacio con cosas como estas, a ver si de ese modo se te alivia un poco la carga….
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Post diferido en su publicación, escrito la noche del martes 24 de Noviembre.
En esas inútiles clases de Educación Plástica donde nunca me enseñaron a valorar o apreciar el arte, no me explicaron cuan trascendente podría ser en la vida la diferencia entre el blanco y el amarillo. Es una diferencia terrible, abismal, insalvable para el Estado. He comprobado lo peor de este trabajo y ojo, no me quejo de ello, al fin y al cabo es lo que me espera y me siento afortunada de que me dejaran participar como “profesional” en esto, pero hablando en plata, vaya trago… Me he sentado delante de ellos, he hablado y oído varios idiomas, varias formas de explicar lo inexplicable, palabras que inútilmente querían recomponer una esperanza que segundos antes había saltado por los aires con una deflagración que me partía el alma sin querer demostrarlo. He tragado mis lágrimas, he mimetizado la rabia que yo misma sentía por todo lo que era injusto. He tenido que ver sus caras ante un mundo que no contento de haberlos castigado con sus violentos balanceos, les daba una nueva sacudida. Se han revuelto en una silla delante de mí, mientras yo hervía por dentro. Para colmo, durante toda la mañana una puñetera mosca ha estado acrecentando la tensión y maldita sea que me habría encantado tirarle toda clase de cosas…
Se ha quedado en el ambiente la profundidad de sus voces, la misma con que sus antepasados contaban maravillosas historias y ahora ellos emplean en contar historias menos bellas, esa con que llaman a la oración en sus regiones y aquí ya ni les queda el consuelo de rezar, la misma con la que ellos aceptan con dignidad y resignación lo que parece no tener más vueltas de hoja. Se me han clavado esas miradas carentes de reproches, de maldad, porque no tienen esa bajeza ni en los peores momentos…
Al final del día me he quedado embobada, mirando absurdamente mi agenda de fieltro sobre la mesa, esa que Esther me regaló por mi Santo, esa que parecía ser la nota de color, la felicidad desentonante en un escenario que se me antojó más triste que nunca; como la flor del Guernica de una forma burda…
Luego, como otra despreocupada europea más, he tenido una tarde que podría considerarse agradable, con mi madre en el centro, con el nuevo disco de Sabina, con tantas cosas que cada vez valoro más… pero de vez en cuando me acordaba de ellos, mis ellos, a los que vi llegar, a los que no quiero ver partir pero tengo que ayudar a hacerlo, por si puede ocurrir de una forma algo menos violenta… No quiero pensar que esto siga así, pero es estúpido; va a seguir, porque la maldita crisis, porque la nueva ley, y el maldito Estado, y la priorización deficiente de los recursos se están alineando, y yo, la más insignificante rueda del engranaje no quiero seguir viéndolos partir, porque no son mi familia, ni mis amigos, pero me costó aprenderme sus nombres, algunos han compartido conmigo cosas que me asombraron, o simplemente me han aportado sin saberlo, y ahora el blanco que nunca fue amarillo se torna en negro…
Me acordé hoy de Eres_mi_cruz, que dice que llevaba una racha de entradas duras técnicamente, y hoy puede que sea el top; lo que pasa es que a veces la vida no te deja escapatoria, y acabas teniendo que llenar tu espacio con cosas como estas, a ver si de ese modo se te alivia un poco la carga….
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Post diferido en su publicación, escrito la noche del martes 24 de Noviembre.